Luego de 36 años sin conseguir un título internacional, Racing Club de Avellaneda se consagró este sábado campeón de la Copa Sudamericana al vencer 3 a 1 a Cruzeiro de Brasil en Asunción, Paraguay.
El Partido fue casi siempre favorable al equipo argentino, que incluso a los 3 minutos se puso en ventaja gracias a un gol de Martirena, pero el VAR vio un offside inexistente de Salas al comienzo de la jugada y anuló el gol. Pero un par de minutos después, a los 15, Martirena volvió a convertir y ésta vez sí fue convalidado. Luego de una buena jugada colectiva, el marcador de punta envió un centro que se le metió en el segundo ángulo a Cassio y desató la locura de Costas y sus hinchas.
Pero no se quedó ahí Racing, siguió buscando y 5 minutos después volvió a convertir el merecido 2 a 0. Ahora desbordó Salas por izquierda, envió un centro bajo al corazón del área, y entró Maravilla Martínez para poner el 2 a 0.
Se cerraba así un excelente primer tiempo para Racing, que solo le cedió la pelota un rato a Cruzeiro luego del 2 a 0 favor, pero que igual siempre tuvo controlado el juego.
Los segundos 45 minutos comenzaron de otra manera, porque Cruzeiro salió a buscarlo y encontró el descuento a los 52 por medio de Kaio Jorge, que primero cabeceó, se lo tapó Arias y le pelota le volvió a quedar al delantero para poner el 1-2.
Los brasileros se metieron en partido y empezaron a empujar. Enseguida tuvieron una que tapó Arias y agarró el rebote, pero no mucho más, porque si bien Cruzeiro se venía y tenía la pelota, nunca fue a través de tantas situaciones, ni tan claras.
Y en ese contexto Racing jugaba cuando podía, y empezaba a disponer de contraataques, que si manejaba bien podían liquidar la final. Primero lo tuvo Salas y definió mal, pero luego, a los 95, Roger Martínez se fue solo por derecha, definió cruzado y desató ahora sí la locura del equipo, del cuerpo técnico y de todos los hinchas que fueron a Paraguay y también coparon el Cilindro de Avellaneda.
Racing se consagra así campeón de un torneo internacional que le fue esquivo durante demasiados años, con un DT de la casa, que fue participe del último en 1988 y que emana mística racinguista en cada acción y declaración.
Más que merecido lo de Racing, porque fue el mejor de todos los equipos que compitieron, incluso ganándole a tres brasileros en cuartos, semis y final (más otro en fase de grupo), y siempre fue superior a cada uno de los rivales con los que jugó, tanto en partidos de ida y vuelta como en final única.